lunes, 28 de marzo de 2011

¿Qué espera para hacerse ciudadano?

Luisa Fernanda Montero

La discriminación y el irrespeto por los derechos de los inmigrantes siguen siendo una realidad cotidiana en Estados Unidos. Por eso, como comunidad debemos entender que sólo nuestra participación real en el sistema democrático que nos rige, logrará cambios; si podemos hacerlo, debemos hacernos ciudadanos.

Los beneficios de la ciudadanía, como muchas cosas, pueden ser relativos; por ejemplo a una persona la puede beneficiar permitiéndole que ayude a algún familiar a regularizar su situación migratoria, a otra, le puede dar simplemente la tranquilidad de saber que, si lo desea, podrá disfrutar de las ventajas de ser estadounidense por el resto de su vida y a otra le evitará los tramites de renovación periódica de su residencia, pero a todos ellos les dará, de hecho, la oportunidad de hacerse sentir en las urnas.

Expresar la propia voluntad a través del voto es un derecho invaluable que nos da la facultad de intervenir realmente en las decisiones que afectan nuestras vidas y el acontecer de las comunidades a las que pertenecemos.

Sin embargo, por diversos motivos, muchos dejan pasar los años sin ocuparse de un asunto que puede traer muchos beneficios.

¿Qué espera para hacerse ciudadano?

¿Es asunto de dinero, de tiempo o de indecisión?

Es cierto que para hacerse ciudadano hay que tener conocimientos de historia y educación cívica estadounidense y si, hay que hablar inglés; pero en el examen de cívica e historia el oficial de inmigración no le exigirá redactar un tratado sobre ninguno de los sucesos que han marcado la historia de este país ni le obligará a hablar con el acento impecable de su profesor de inglés.

El examen consta de sólo 10 preguntas. Cuando haya respondido 6 correctamente no se le harán más. Esas 10 preguntas hacen parte del cuestionario que usted puede memorizar previamente y que contiene preguntas como ¿Cuál fue el primer presidente de Estados Unidos? ¿Cuál es la capital de Estados Unidos? o ¿Dónde está la estatua de la libertad?

No es tan difícil ¿verdad?. A la hora del examen, el aspirante sólo debe responder a cuestiones básicas que cualquier ciudadano debe saber.

Ahora bien, ¿qué hay que hacer? Para naturalizarse o hacerse ciudadano deben satisfacerse los requisitos establecidos por el Congreso en la Ley de Inmigración y Nacionalidad, INA, por su sigla en inglés.

El aspirante debe, entonces, haber sido residente permanente por al menos 5 años, ser mayor de 18 años, probar residencia continua en Estados Unidos, estar en ese momento en el país y ser capaz de demostrar buen comportamiento y carácter moral además de tener capacidades básicas de lectura, escritura y comprensión del idioma inglés.

En www.uscis.gov puede acceder a una completa guía en español sobre todos los pasos a seguir a la hora de buscar la ciudadanía, incluidas las preguntas del examen, los requisitos en general y el formulario N-400 que deberá diligenciar para presentar su aplicación.

Cuando llegue la cita debe llevar con usted la carta de citación del USCIS, su tarjeta de residencia permanente o green card, todos sus pasaportes - estén vigentes o no - y un documento de identidad expedido por su estado, como la licencia de conducir.

Dependiendo de su caso es posible que deba presentar prueba de su estado marital, disposiciones de la corte en casos criminales y prueba de registro militar si es hombre y tiene entre 18 y 31 años de edad.

Si la cuestión es de dinero, prográmese y ahorre, recuerde que estará invirtiendo en su futuro y en el de su familia. Recuerde: ser ciudadano es más ventajoso que difícil.

lunes, 21 de marzo de 2011

¿Qué espera para hacerse ciudadano?

Luisa Fernanda Montero

La discriminación y el irrespeto por los derechos de los inmigrantes siguen siendo una realidad cotidiana en Estados Unidos. Por eso, como comunidad debemos entender que sólo nuestra participación real en el sistema democrático que nos rige, logrará cambios; si podemos hacerlo, debemos hacernos ciudadanos.

Los beneficios de la ciudadanía, como muchas cosas, pueden ser relativos; por ejemplo a una persona la puede beneficiar permitiéndole que ayude a algún familiar a regularizar su situación migratoria, a otra, le puede dar simplemente la tranquilidad de saber que, si lo desea, podrá disfrutar de las ventajas de ser estadounidense por el resto de su vida y a otra le evitará los tramites de renovación periódica de su residencia, pero a todos ellos les dará, de hecho, la oportunidad de hacerse sentir en las urnas.

Expresar la propia voluntad a través del voto es un derecho invaluable que nos da la facultad de intervenir realmente en las decisiones que afectan nuestras vidas y el acontecer de las comunidades a las que pertenecemos.
Sin embargo, por diversos motivos, muchos dejan pasar los años sin ocuparse de un asunto que puede traer muchos beneficios.

¿Qué espera para hacerse ciudadano?

¿Es asunto de dinero, de tiempo o de indecisión?

Es cierto que para hacerse ciudadano hay que tener conocimientos de historia y educación cívica estadounidense y si, hay que hablar inglés; pero en el examen de cívica e historia el oficial de inmigración no le exigirá redactar un tratado sobre ninguno de los sucesos que han marcado la historia de este país ni le obligará a hablar con el acento impecable de su profesor de inglés.

El examen consta de sólo 10 preguntas. Cuando haya respondido 6 correctamente no se le harán más. Esas 10 preguntas hacen parte del cuestionario que usted puede memorizar previamente y que contiene preguntas como ¿Cuál fue el primer presidente de Estados Unidos? ¿Cuál es la capital de Estados Unidos? o ¿Dónde está la estatua de la libertad?

No es tan difícil ¿verdad?. A la hora del examen, el aspirante sólo debe responder a cuestiones básicas que cualquier ciudadano debe saber.

Ahora bien, ¿qué hay que hacer? Para naturalizarse o hacerse ciudadano deben satisfacerse los requisitos establecidos por el Congreso en la Ley de Inmigración y Nacionalidad, INA, por su sigla en inglés.

El aspirante debe, entonces, haber sido residente permanente por al menos 5 años, ser mayor de 18 años, probar residencia continua en Estados Unidos, estar en ese momento en el país y ser capaz de demostrar buen comportamiento y carácter moral además de tener capacidades básicas de lectura, escritura y comprensión del idioma inglés.

En www.uscis.gov puede acceder a una completa guía en español sobre todos los pasos a seguir a la hora de buscar la ciudadanía, incluidas las preguntas del examen, los requisitos en general y el formulario N-400 que deberá llenar para presentar su aplicación.

Cuando llegue la cita debe llevar con usted la carta de citación del USCIS, su tarjeta de residencia permanente o green card, todos sus pasaportes - estén vigentes o no - y un documento de identidad expedido por su estado, como la licencia de conducir.

Dependiendo de su caso es posible que deba presentar prueba de su estado marital, disposiciones de la corte en casos criminales y prueba de registro militar si es hombre y tiene entre 18 y 31 años de edad.

Si la cuestión es de dinero, prográmese y ahorre, recuerde que estará invirtiendo en su futuro y en el de su familia. Recuerde: ser ciudadano es más ventajoso que difícil.

lunes, 14 de marzo de 2011

Coleste… ¿que?

Luisa Fernanda Montero]

¡Colesterol! ¿Del bueno, del malo, alto, bajo? Hay para escoger. Y la verdad a veces se complica entender de qué se trata en realidad y en que consiste el equilibrio que debemos mantener para disminuir nuestros riesgos de sufrir enfermedades cardíacas, mejorar nuestra salud y claro, sentirnos mejor.

Vamos por partes, ¿Qué es el colesterol?

El colesterol es una sustancia grasa que el cuerpo utiliza para proteger los nervios, formar tejidos celulares y producir ciertas hormonas. El hígado produce el colesterol que el cuerpo necesita pero este también nos llega a través de los alimentos que consumimos, como huevos, carne y productos lácteos.
Seguramente has escuchado que los altos niveles de colesterol son un riesgo para su salud, eso es cierto, pero y ¿Cuál colesterol? El malo.

Existen dos tipos de colesterol, lo que los diferencia es el tipo de lipoproteína que lo transporta – un compuesto formado por proteínas y lípidos; así, tenemos la Lipoproteína HDL, por las siglas en inglés de High Density Lipoprotein o Lipoproteína de Alta Densidad y la Lipoproteína LDL o Lipoproteína de Baja Densidad, Low Density Lipoprotein.

Pero para entendernos mejor y mas fácilmente hablamos del colesterol bueno y el malo. La Lipoproteína LDL corresponde al llamado colesterol “malo” y hace que el exceso de colesterol se acumule y se adhiera a las paredes arteriales, es decir al interior de nuestras venas.

Entonces cuando el médico habla de niveles de colesterol altos, se refiere a que los niveles de colesterol malo están por encima de lo normal, y ya sabemos que eso es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón.

¿Qué hacer?

Si tus niveles de colesterol malo están altos, hay que hacer ciertos cambios. Es muy importante el consumo de fibra – al menos diez gramos al día – presente en ciruelas, granadillas, naranjas, guanábanas, vegetales de color verde y cereales, entre otros.
La palabra mágica si tienes el colesterol alto: ajo. Al menos medio diente de ajo al día puede – según los expertos – hacer milagros.

Si te gusta la leche, prefiérela descremada y evita las grasas saturadas – salsas, comidas rápidas, fritos, alimentos de paquete – despídete del tocino y recuerda que el consumo máximo de grasas saturadas no debe superar el 10% de las calorías diarias totales.

Evita también el exceso de alimentos de origen animal, sobre todo la carne roja, prefiere la carne de aves y pescados y enamórate de las almendras, el aguacate y el aceite de oliva.

Ahora bien, ¿que pasa si el problema es con el colesterol bueno? resulta que los niveles de colesterol bueno o HDL pueden estar demasiado bajos y eso no es conveniente.

Estudios epidemiológicos muestran que altas concentraciones de HDL - superiores a 60 miligramos por decilitro - tienen una carácter protector contra las enfermedades cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica o el infarto de miocardio y las bajas concentraciones de HDL - por debajo de 35 mg/dl - suponen un aumento del riesgo de estas enfermedades, especialmente para las mujeres.

¿Qué hacer?

De nuevo, el ajo debe ser tu mejor amigo y será muy bueno iniciar una cordial relación con la cebolla, el pescado azul, el aceite de oliva, las manzanas, las zanahorias y las legumbres. Claro, hay que dejar de fumar.

En Estados Unidos, cada 39 segundos, un adulto muere a causa de una enfermedad cardiovascular como un ataque cardiaco o un accidente cerebro vascular. Las enfermedades cardiovasculares cobran la vida de más de 800,000 adultos cada año y 150,000 de ellos tienen menos de 65 años. Cuidarse vale la pena.

lunes, 7 de marzo de 2011

¡Prepárese, infórmese y pague sus impuestos!

Luisa Fernanda Montero

El 18 de abril es la fecha límite para presentar su declaración de impuestos del 2010- Las inquietudes alrededor de este tema son múltiples pero voy a tratar de generalizarlas para darle una guía a quienes tienen dudas sobre su situación y su compromiso con el Servicio Federal de Rentas Internas o IRS.
Ante todo, recordemos que – como reza el viejo refrán – al que madruga Dios le ayuda – así que lo primero es no darle ventaja al tiempo y preparar su declaración cuanto antes para evitar problemas y, si es el caso, recibir sus reembolsos más rápido.

Vamos paso por paso, para empezar asegúrese de tener en orden sus archivos, tenga a mano todos los documentos que necesita, incluyendo los formularios W- 2 y guarde una copia para su archivo personal.

Si usted es empleado, deberá recibir un Formulario W-2 de su patrono o empleador. El Formulario W-2 le provee información sobre sus ingresos y deducciones. Necesitará la información que aparece en dicho formulario antes de preparar su declaración, ya sea que usted mismo prepare la declaración o solicite ayuda de algún preparador de impuestos.

Si es trabajador independiente o contratista, deberá tener un registro cuidadoso de todos los gastos relacionados con su negocio. Al ser declarante independiente, usted no tendrá un empleador que le descuente impuestos periódicamente, por lo tanto deberá usted mismo determinar la forma de cumplir con sus obligaciones fiscales, ya sea por medio de un estimado para hacer pagos adelantados o cualquier otra forma que le sea conveniente.

Sin embargo, es bueno que sepa que hacer pagos atrasados al IRS implica multas e intereses que no son muy amigables.

Hoy en día hay muchas formas de preparar la declaración de impuestos, usted puede hacerlo directamente ante el IRS a través de su portal de Internet, o puede hacerlo en cualquiera de los sitios destinados a ello que ofrece el mercado. Sin embargo, si no es un experto, mi recomendación es que use los servicios de un contador calificado que goce de toda su confianza y que esté muy bien recomendado. Recuerde que cualquier error en su declaración representa dinero, su dinero.

Sin embargo debe saber que si decide pagarle a alguien para que le haga la declaración, usted - como contribuyente - sigue siendo legalmente responsable de ella. El preparador deberá entregarle a usted una copia de su declaración de impuestos, además de la copia que presente al IRS.

Si decide declarar directamente puede obtener los formularios en el sitio del IRS www.irs.gov bajo Forms and Publications. A la hora de declarar tómese su tiempo. La prisa no siempre es buena consejera y en este caso, puede llevarlo a cometer errores.

Muchos, incluso, pueden cometer errores simples con los números de seguro social, el nombre o la dirección que pueden generar muchas complicaciones.
Recuerde que si no tiene un número de seguro social puede – y debe – declarar sus impuestos usando un Número de Identificación Personal del Contribuyente, ITIN, del IRS.

Aun cuando su situación migratoria no esté definida, si trabaja y tiene ingresos gracias a su oficio, debe declarar impuestos; hacerlo puede serle de gran utilidad a la hora de regularizar su estatus en este país. Así que infórmese, prepárese y pague sus impuestos.

El IRS tiene publicaciones en español para ayudarle en la preparación de su declaración de impuestos. Si tiene algún problema o pregunta, puede visitar la página del IRS en: www.IRS.gov o en www.irs.gov/espanol o llamar gratis al número de servicio al contribuyente: 1-800-829-1040 donde puede obtener asistencia en español.