lunes, 27 de junio de 2011

Trabajo, calor y prevención

Luisa Fernanda Montero
Para la Red Hispana


En Estados Unidos miles de trabajadores hispanos deben trabajar diariamente al aire libre y someterse a excesivas temperaturas que pueden causarles graves problemas de salud e incluso la muerte.

Por eso los empleados deben saber que sus patrones o empleadores deben tomar medidas destinadas a prevenir circunstancias que lamentar.

Los trabajadores en riesgo por el calor son aquellos que deben laborar en condiciones de calor excesivo y humedad, exponiéndose directamente al sol – no a la sombra -, en áreas donde no hay una buena circulación de aire.

El riesgo de caer gracias al calor aumenta cuando el consumo de líquidos no es suficiente y el esfuerzo físico es intenso.

Las prendas y el equipo de protección pesado, el mal estado de salud, el embarazo o la edad avanzada pueden disparar estos factores de riesgo.

Las personas que trabajan bajo cualquiera de estas circunstancias pueden sufrir un golpe de calor, que ocurre cuando la temperatura del cuerpo aumenta críticamente.

El golpe de calor está clasificado por los Centros de Prevención y Control de Enfermedades como una emergencia médica que puede causar rápidamente la muerte. Entres los síntomas del golpe de calor están: confusión, perdida de conocimiento, convulsiones, piel caliente, seca o mucho sudor.

Por eso si una circunstancia como esta se presenta en su lugar de trabajo, aplique los primeros auxilios y llame inmediatamente al 911 para pedir ayuda médica de emergencia.

Alguien debe permanecer con el trabajador afectado hasta que llegue la ayuda y este debe ser trasladado cuanto antes a un lugar fresco y despojado de cuantas prendas de vestir sea posible.

Los CDC recomiendan que se moje al trabajador con agua fría o se le ponga ropa fría o húmeda o hielo por todo el cuerpo.

Así como el golpe de calor el agotamiento por calor puede afectar a los trabajadores expuestos a altas temperaturas. Los trabajadores afectados por este agotamiento presentaran dolor de cabeza, nauseas, mareos, debilidad, sudor intenso y sed.

Si esto ocurre el trabajador debe ser traslado a un lugar donde pueda recibir atención médica inmediata y tratar de que consuma agua fría.

Los calambres por calor son dolores musculares que pueden también afectar a los empleados que realizan trabajos físicos en ambientes calurosos y surgen por la perdida de sales y líquidos que el cuerpo expulsa cuando suda. Si se presentan hay que reemplazar los líquidos perdidos tomando agua y comiendo algo ligero.

La mejor manera de evitar las enfermedades por calor es enfriar el entorno de trabajo y tener a disposición agua fría, sin embargo el exceso de agua puede traer también problemas de salud.

Por eso, los trabajadores deben ocuparse de exigirle a sus empleadores que acomoden las condiciones laborales a las exigencias del clima y provean los periodos de descanso y refrigerio necesarios para asegurar su bienestar.

lunes, 20 de junio de 2011

¡Cuidado con el calor!

Luisa Fernanda Montero
Para la Red Hispana

Para los amantes del sol, el verano es la mejor época del año, sin embargo, vale la pena recordar que el calor excesivo puede traer consecuencias desastrosas para la salud de grandes y chicos.

Cada año en Estados Unidos se registran decenas muertes por exposición al calor extremo. Un reporte de los Centros de Control de Enfermedades, CDC, del 2001 habla de que en promedio unas 300 personas mueren anualmente por exposición al calor.

Si bien el uso del aire acondicionado ofrece la mejor protección contra la exposición al calor, muchas personas limitan su uso, por los altos costos que pueden reflejarse en las facturas de energía, pero esto puede poner en peligro su salud.

Además muchos trabajadores se ven expuestos a largas jornadas bajo los rayos solares, por eso, la recomendación es que todos reconozcamos los signos de peligro de las enfermedades creadas por el calor y tomemos las medidas necesarias para protegernos.

Cuando el cuerpo de una persona no puede enfriarse adecuadamente mediante el sudor o cuando la humedad es demasiado alta y el sudor no se evapora rápidamente y se alcanzan temperaturas corporales superiores a los 106 Farenheit (o 41 grados centígrados) se puede sufrir lo que se conoce como un golpe de calor.

El golpe de calor puede provocar la muerte o algún tipo de incapacidad si no es tratado en forma inmediata. Los síntomas – a los que debemos estar atentos – son además de la alta temperatura, piel roja caliente y seca sin sudor, pulso acelerado, dolor de cabeza, mareo, nausea, confusión y perdida de la conciencia.

Igualmente el agotamiento por calor es una forma de enfermedad más ligera que puede desarrollarse tras varios días de exposición a las altas temperaturas sin ingerir la cantidad de líquido adecuada.

Las personas más vulnerables al calor son los ancianos, los niños, las personas con presión alta de la sangre, obesidad o enfermedades del corazón y aquellas que trabajan o hacen ejercicio en un ambiente muy caluroso. Las señales de peligro del agotamiento por calor son: mucho sudor, palidez, calambres musculares, cansancio, debilidad, mareos, dolor de cabeza, náusea, vómito y desmayo. La piel puede estar fría y húmeda. El pulso será rápido y débil y la respiración rápida y profunda. Si no se atiende el agotamiento por calor, puede convertirse en un golpe de calor.

¿Qué hacer entonces?

A la hora de lidiar con el calor, debemos estar listos para tomar los baños de agua fría que sean necesarios. Es muy importante aumentar el consumo de líquido aunque no tengamos sed y es necesario que este no contenga licor, demasiada azúcar o cafeína.

Trate de permanecer el mayor tiempo posible en un lugar con aire acondicionado, si no tiene aire en casa vaya a un centro comercial, a un centro para ancianos a una biblioteca pública o a cualquier lugar donde su cuerpo se pueda mantener fresco.

Procure permanecer puertas adentro y si lo necesita llame a su departamento de salud local para ver si existen albergues de refugio contra el calor extremo en su zona.
Si tiene que salir, busque las áreas sombreadas y no olvide su sombrero, los lentes y por su puesto el protector solar. Use ropa ligera, clara y que no sea apretada y préstele atención a las personas más vulnerables como ancianos, enfermos, niños a su alrededor.

Y a la hora de veranear recuerde que debe tomar las mismas precauciones, el sol calienta y quema, ¡tenga cuidado!

lunes, 13 de junio de 2011

¡No se deje estafar!

Luisa Fernanda Montero
Especial para la Red Hispana

La desinformación y la angustia pueden llevar a muchos a cometer graves errores. Sin embargo, no pocas veces, los inmigrantes pecamos de ingenuos y confiados y nos dejamos llevar por falsas ilusiones con la esperanza de, si no lo hemos logrado, legalizar cuanto antes nuestra estadía en Estados Unidos.

Pero, si bien es cierto que cada cual tiene su sueño americano y que a muchos se les ha cumplido, también es cierto que las cosas no caen del cielo. Por eso si le pintan pajaritos de oro en el aire, abra los ojos, puede ser que lo quieran estafar.

Diariamente, decenas de inmigrantes pierden su dinero y arriesgan su estabilidad al buscar ayuda para solucionar sus situaciones migratorias en el lugar equivocado.

Falsos abogados, abogados inescrupulosos, charlatanes, notarios y estafadores hacen de las suyas gracias a la ingenuidad de sus víctimas. Por eso es fundamental que si necesita ayuda la busque en el lugar indicado y sea precavido.

Lamentablemente las leyes migratorias que rigen en este país no funcionan, no responden a la realidad y no son justas. Mientras no se apruebe una reforma migratoria integral, coherente y práctica millones de inmigrantes van a tener que seguir viviendo en las sombras de la ilegalidad. Esa es la realidad. Por eso a la hora de buscarle soluciones a su caso, debe asegurarse de que está acudiendo a un profesional realista, capaz y autorizado para ayudarlo.

Sólo abogados, o representantes acreditados que trabajen para organizaciones reconocidas por la Junta de Apelaciones de Inmigración pueden darle consejo legal.

Por estos días, con la intención de evitar que más personas sigan siendo víctimas de estafadores el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, USCIS, lanzó una campaña informativa que busca ofrecerles a los inmigrantes las herramientas necesarias para acceder a la ayuda correcta y la oportunidad de denunciar las estafas.

Visitando www.uscis.gov/eviteestafas puede encontrar una guía de cómo protegerse de las estafas. Recuerde que además de hacerle perder dinero y tiempo, pedir ayuda en el lugar equivocado puede retrasar su solicitud o petición y tal ves, generar un proceso de deportación.

La falta de información hace que se acuda a personas equivocadas en busca de ayuda. Muchos, por ejemplo, acuden a los notarios porque para algunos hispanos el término “notario” traduce abogado con credenciales legales especiales. Sin embargo, en los Estados Unidos, los notarios públicos son personas asignadas para presenciar la firma de documentos importantes y administrar juramentos y no están autorizados para proporcionar ningún servicio legal relacionado con inmigración.

Abra los ojos. Si alguien le “garantiza” que puede conseguirle una visa, una tarjeta verde, tarjeta de residente o green card o un permiso de trabajo en tiempo récord, dude. No hay excepciones para los tiempos normales de procesamiento de USCIS.

Si está buscando ayuda de un abogado, verifique con la asociación del colegio de abogados del estado si esa persona puede ejercer. Si está recibiendo asesoría de alguien que no es abogado, verifique si el individuo es un representante acreditado de una organización reconocida por la Junta de Apelaciones de Inmigración, BIA, por sus siglas en inglés.

Conozca las leyes de su estado. Algunos estados tienen leyes específicas que regulan a los asesores de inmigración y si no está seguro de que le están dando consejos confiables, no dude en buscar una segunda opinión.

En http://www.justice.gov/eoir/probono/states.htm encontrará una lista de las organizaciones acreditadas para ofrecer ayuda migratoria en su estado.
Busque la información en el lugar correcto. Abra los ojos. No se deje estafar.

lunes, 6 de junio de 2011

Conozca las preguntas, cuide su salud

Luisa Fernanda Montero
Para la Red Hispana

Además de no ir al médico a no ser de que sea imprescindible – es decir cuando el dolor o el malestar nos obligan – los hispanos no hacemos las preguntas necesarias cuando llega el momento.

Cerca del 47 por ciento de los hispanos en Estados Unidos reportaron no haber visitado al médico en el 2010, según un estudio de La Agencia de Investigación y Calidad en Salud, AHRQ, del Departamento de Salud y Recursos Humanos.

De acuerdo con el estudio, los hispanos, suelen indagar sobre sus problemas de salud entre sus amigos, sus colegas, sus compañeros de trabajo, sus vecinos o sus familiares antes de tomar la decisión de visitar al médico, lo que afecta directamente su calidad de vida y por su puesto preocupa a las autoridades de salud pública.

“Esto es muy peligroso; sólo vamos al médico cuando ya tenemos la enfermedad bien avanzada o cuando es muy tarde y eso puede tener consecuencia fatales”, señaló la doctora Ileana Ponce-Gonzalez vocera de AHQR, indicando que, por ejemplo, enfermedades crónicas como la diabetes pueden ser tratables, pero de no ser diagnosticadas y tratadas al tiempo pueden ser letales.

Por eso, AHRQ busca motivar a los hispanos a visitar a sus doctores y a hablar con ellos de sus preocupaciones médicas, ya que de acuerdo con el mismo estudio, muchos hispanos evitan ciertas preguntas por miedo o por respeto.

El estudio indica además que la la proporción de hispanos que reportan haber tenido una mala comunicación con sus proveedores de salud está creciendo y el porcentaje de pacientes que regularmente se realizan pruebas importantes para detectar diabetes o cáncer no está mejorando.

La falta de seguro médico es un gran obstáculo para los hispanos cuando se trata de mejorar su acceso a la salud, pero la renuncia a visitar al doctor y a hacer las preguntas adecuadas también contribuye al problema.

Nuestra salud es nuestra responsabilidad; antes de ser del médico del centro de salud o del hospital, es nuestra. Somos nosotros los responsables de alimentarnos saludablemente, de ejercitar y cuidar nuestro cuerpo lo mejor que podamos, y también somos nosotros los responsables de atender los llamados de nuestro organismo y prestarle atención a las señales que nos da antes de que sea tarde.

A la hora de visitar al médico debemos prepararnos, escribir las preguntas, anotar los síntomas que presentamos para no olvidarnos de cosas importantes durante la cita. El error médico es siempre una posibilidad, pero nuestra participación activa puede disminuir grandemente las posibilidades de que ocurra.

Así que, la próxima vez, no espere que le duela, hágase los chequeos médicos rutinarios y no se calle, pregunte, ¿por qué ese tratamiento?, ¿por qué esa medicina?, ¿cuáles son las alternativas?, ¿puedo usar el medicamento genérico?, ¿cuáles serán las consecuencias o efectos secundarios de ese tratamiento?, ¿puedo hacer esto o aquello?. Pregunte, entérese. Cuídese.

Para obtener una guía sobre las preguntas adecuadas y consejos para comunicarse mejor con sus prestadores de salud puede visitar www.ahrq.gov/preguntas.