lunes, 20 de septiembre de 2010

Hispanos, herencia, celebración y responsabilidad

Por Luisa Fernanda Montero

Diariamente decenas de hispanos sobresalientes y exitosos hacen parte de los titulares y son noticia en todo el país; deportistas, actores, cantantes, políticos, artistas o escritores dejan permanentemente en alto su hispanidad al sobresalir con sus talentos, al mismo tiempo y en silencio, millones de hispanos le hacen honor a sus raíces siendo trabajadores honestos y responsables.

Todos merecen un reconocimiento; todos hacen parte de esa hispanidad que celebramos en el Mes de la Herencia Hispana y que reconoce los aportes de la comunidad, en lo social, lo económico y lo cultural y nos da la oportunidad de reencontrarnos con nuestras raíces y destacar las virtudes y los logros de quienes nos han antecedido.
El Mes de la Herencia Hispana, debe ser también, un espacio para la reflexión y un momento para analizar nuestro papel en esta sociedad.

Somos parte fundamental del engranaje que hace que el país avance. Sin el aporte honrado y minucioso de los hispanos que día a día construyen presente y futuro desde sus más humildes labores, desde la limpieza de sus actos y el firme deseo de salir adelante, este país no sería el mismo.

Por eso, celebrar la herencia hispana es también reflexionar sobre nuestros deberes y responsabilidades como miembros de una comunidad que, a pesar de todo, sigue siendo víctima de discriminación, injusticia y racismo.

Mientras las redadas continúen y nuestras familias sigan sufriendo separaciones injustas gracias a un ineficiente sistema de inmigración, no podemos bajar la bandera y limitarnos a celebrar.

Este tiempo en el que se reconocen nuestras riquezas debe ser también una oportunidad. Si bien es cierto que nuestro aporte laboral es indispensable para el crecimiento de esta nación, también es cierto que podemos incrementar nuestra participación cívica y nuestro poder de decisión.

Sólo participando activamente en el proceso democrático podremos llegar algún día a celebrar un mes de la herencia hispana, en el que la familia latina pueda celebrar unida y sin temor, la dignidad de todos sus aportes.

El voto es la única forma efectiva de reclamar los derechos que nos corresponden como trabajadores honrados, como madres y padres formadores de futuro, como jóvenes capaces de triunfar en un país que no les niegue la oportunidad de educarse.

El cumplimiento de nuestros compromisos sociales nos abre camino, pero ese camino es largo, falta mucho para que nuestra comunidad, realmente pueda hacer parte del sueño americano, en igualdad de oportunidades, por eso, si está en sus manos, participe, hágase ciudadano, vote y déle con su voto una esperanza al que está lejos de alcanzarlo.

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