lunes, 8 de junio de 2009

Superando crisis, buscando oportunidades



Por: Luisa Fernanda Montero [HCN]

Si bien es cierto que perder el empleo no es un motivo para celebrar, tampoco puede ser un motivo para echarse a morir.

Es cierto que atravesamos una seria crisis económica y también es cierto que no sabemos con certeza cuando va a terminar pero eso lo que significa es que tenemos que tomar las precauciones del caso y reforzar nuestra actitud positiva ante la vida.

Las crisis son también, oportunidades y si vemos las nuestras bajo esa óptica multiplicaremos nuestras opciones de sacarles ventaja.

Perder el trabajo o entrar en una crisis financiera, puede ser, una situación que a la larga estimule nuestra imaginación y creatividad y nos ayude a ver otras formas de obtener los recursos que necesitamos para subsistir.

El miedo a los cambios es natural en muchas personas y cuando perdemos el trabajo o entramos en crisis tendemos a pensar que todo se acabo y no encontramos las fuerzas para reiniciar el camino; pero ¿si en lugar de pensar que estamos llegando a un fin, pensamos que estamos iniciando un nuevo camino?

Todos tenemos el potencial necesario para readaptarnos y superar cualquier dificultad; con nuestra actitud podemos decidir si nos dejamos derribar o si alzamos vuelo aunque tengamos las alas fracturadas.

El mirar para otro lado, nos puede ayudar a identificar necesidades en nuestro entorno que pueden convertirse en oportunidades; muchos grandes empresarios empezaron con modestos negocios de garaje que después de ser la fuente del sustento familiar pasaron a convertirse en exitosas empresas.

Todos tenemos algún talento que podemos explotar y si podemos revisar lo que no ha venido funcionando bien y tenemos la capacidad de evaluar nuestras capacidades y mirar hacia el futuro con optimismo nuestras posibilidades de convertir las crisis en oportunidades aumentaran.

Lo primero que hay que derrotar cuando perdemos el empleo, es la depresión y si no lo logramos en un tiempo prudencial siempre es recomendable buscar ayuda.

El proceso de aceptación de la perdida – que es muy similar a un duelo – e implica tristeza y recogimiento debe superarse por uno en el que seamos capaces de analizarnos fríamente y determinar con claridad nuestras fortalezas y debilidades.

Hay que persistir; muchas veces las cosas no son ni tan fáciles ni tan rápidas como quisiéramos, pero no podemos perder el impulso ni permitir que el miedo y la ansiedad nos cierren las puertas.

Siempre hay alternativas, abra su mente evalúe todas las opciones y confié en usted mismo, recuerde que cuando una puerta se cierra, son muchas las que se abren, !encuéntrelas!

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