lunes, 11 de abril de 2011

Sida: 30 años perdiendo la batalla

Luisa Fernanda Montero

En el mundo de hoy, siete mil personas se infectan con el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida – VIH – diariamente. En Estados Unidos, se calcula que más de un millón de personas viven con el virus; cerca del 21 por ciento de ellas ignora que lo tiene.

Al cumplirse 30 años de la aparición de la epidemia y en medio de este oscuro panorama, la comunidad latina sobresale. De acuerdo con Los Centros de Control de Enfermedades – CDC – los hispanos constituyen el 15 por ciento de la población pero representan un 17 por ciento de las personas que se calcula viven con VIH.

La tasa de infecciones nuevas por VIH en los hombres hispanos dobla la de los hombres de raza blanca y la tasa de las mujeres hispanas es cerca de cuatro veces mayor a la de las mujeres de raza blanca.

La realidad es que distintos factores de riesgo ponen a la comunidad hispana en desventaja a la hora de enfrentarse al Sida.

De acuerdo con el Centro de Estudios de Prevención del Sida, de la Universidad de California en San Francisco, muchos inmigrantes afrontan diferentes desafíos relacionados con el riesgo de contraer el virus. Entre los factores citados por el Centro de Estudios pueden estar los cambios en su identidad y/o conducta sexual una vez que están en Estados Unidos, la posibilidad de acceso a servicios de salud y a información adecuada sobre la existencia del riesgo y el uso de condones, la naturaleza de sus relaciones de pareja y la discriminación, el racismo y la pobreza a la que pueden enfrentarse en este país.

Aunque los esfuerzos por llegar a las comunidades en riesgo con programas de información y prevención de enfermedades de transmisión sexual han aumentado, ciertas barreras culturales siguen manteniendo a los hispanos en un lugar en el que su salud, ciertamente corre peligro.

Es un hecho, que por ejemplo, muchos trabajadores del campo que permanecen alejados de sus esposas por largos periodos, tienden más al sexo casual que otros grupos. Esta situación se agrava cuando tanto ellos como ellas se resisten al uso del condón. Muchas mujeres evitan exigir su uso a sus esposos porque le temen a su reacción. Para ellas la exigencia del condón implica una sospecha de infidelidad que puede desencadenar más rápido una pelea que una relación sexual segura.

El Centro de Estudios reporta que en una investigación, muchas mujeres hispanas reconocieron que los hombres con largas ausencias corrían riesgo de contraer el VIH, pero la mayoría creía que esto no le ocurriría a su esposo.

El problema es que más allá de la escurridiza fidelidad – cada vez es más difícil creer en su existencia – el Sida es una realidad. Una realidad que puede tocar su puerta al menor descuido y afectar seriamente su vida.

Por eso nunca está de más recordar que el uso del condón es primordial, que hacerse la prueba del Sida es fundamental - tanto como exigírsela a su pareja – y que el Sida puede afectar a cualquier persona independientemente de su preferencia sexual.
Usted puede infectarse al tener contacto con las secreciones corporales o la sangre de una persona infectada si estos ingresan a su cuerpo a través de pequeños orificios o cortadas en su piel, órganos sexuales o boca.

Muchas personas se infectan por el uso compartido de jeringas o elementos que puedan tener contacto directo con la sangre, como un cepillo dental o una cuchilla de afeitar.

Es necesario tomar las precauciones necesarias. Hacerse la prueba del Sida es un paso importante y necesario para su tranquilidad. Visite el sitio de los Centros para el Control de Enfermedades, CDC, http://www.hivtest.org/Espanol/Default.aspx, para saber dónde puede hacerse una prueba; puede obtenerla gratuitamente y es confidencial.

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