Luisa Fernanda Montero
Salir de nuestros países y llegar a un país nuevo, que no conocemos y en el que nos sentimos extranjeros, requiere gran valentía y audacia. Los retos y los sueños son muchos y adaptarse al nuevo hogar requiere de paciencia y trabajo. Por eso es indispensable que en el proceso de adaptación nos informemos y hagamos uso de todos los recursos a nuestro alcance.
Entre esos recursos, está el consulado de su país de origen.
Los consulados juegan un papel singular en la vida de todos aquellos que un día deciden emigrar de sus países de origen e instalarse en uno distinto para comenzar una nueva vida.
Por eso, si usted es inmigrante y vive en Estados Unidos, debe estar al tanto de la ubicación del consulado de su país de origen en su lugar de residencia; éste fue creado para servirlo.
En general, los consulados dependen de la institución nacional que rija las relaciones internacionales, ya sea una secretaria de relaciones exteriores o un ministerio; los consulados son una de sus dependencias.
El funcionario diplomático responsable de esa dependencia o consulado, puede denominarse cónsul general, cónsul adscrito o adjunto, cónsul honorario, vicecónsul o simplemente cónsul.
El cónsul es un funcionario cuyas responsabilidades pueden abarcar asuntos relacionados con servicios de carácter político, de información, de aduanas, notarial y de registro. Eso significa que la tarea del consulado es asistir a los ciudadanos del país que representa, en el trámite y legalización de documentos –cédulas, pasaportes, matrículas consulares, etc. – poderes y certificados de vida entre otros.
Los consulados cumplen también funciones notariales y de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Internacionales están llamados a proteger los intereses del estado que los envía en el estado o país receptor dentro de los límites del derecho internacional, además de fomentar el desarrollo de las relaciones comerciales, económicas, culturales y científicas entre ambos estados.
Los cónsules tienen deberes de carácter humanitario que cumplen asistiendo a presos, enfermos, víctimas de crimen, menores, ancianos o aquellos que carezcan de capacidad plena en las circunstancias que así lo requieran y están llamados, además, a asistir a sus connacionales en situaciones de crisis y emergencias, de acuerdo con lo estipulado por el gobierno del estado que lo envía.
Su consulado debe estar presto a servirle dentro de los límites impuestos por las leyes y reglamentos del estado receptor – Estados Unidos en nuestro caso – y usted tiene derecho a beneficiarse de sus servicios.
Por lo general los consulados tienen páginas o sitios en la red dónde usted puede encontrar la información que requiera para adelantar cualquier trámite u obtener información general. Las embajadas suelen estar directamente conectadas con las dependencias consulares y pueden guiarlo hacia ellas, dependiendo del lugar dónde se encuentre o el servicio que requiera.
La mayoría de consulados ofrecen gran variedad de servicios comunitarios que pueden serle muy útiles en su nueva vida y por lo general realizan “consulados móviles” que buscan llegar más allá de los límites de sus jurisdicciones para servir a aquellos que así lo requieren y su papel es fundamental en asuntos críticos como las redadas de inmigración.
Una vez que usted se instale en una ciudad o condado, debe informarse sobre la ubicación del consulado más cercano, recuerde que el consulado es una oficina de su país de origen y los servicios que le presta no interfieren ni tienen relación con su estatus o situación migratoria en Estados Unidos. Infórmese, conéctese con sus raíces y acérquese a su consulado.
lunes, 4 de abril de 2011
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