lunes, 16 de mayo de 2011

Su salud, sus derechos y sus alternativas

Luisa Fernanda Montero
Para la Red Hispana
Como la vida nos entretiene con su rutina diaria y sus pequeños altibajos cotidianos, mientras todo marcha bien, es muy difícil que pensemos en que, de repente, todo puede cambiar. Así que no planificamos el modo o la forma en que tendríamos que reaccionar a un momento de crisis.
Lo malo, es que las crisis llegan. Hay de todo tipo, grandes crisis, crisis graves, crisis pasajeras y crisis a secas. Lo importante es que – en la medida de lo posible – estemos preparados.
Muchas de estas crisis tienen que ver con la salud, y a pesar de que sabemos que “la salud es lo más importante”, pocas veces nos preparamos para lo que puede ocurrir si nos da una sorpresa. Entonces, ¿qué hay que hacer?
Hay que tener un plan de acción, tiene que saber a quien y a dónde acudir, en el momento en que algún miembro de la familia lo necesite. Los números telefónicos de su médico o del centro de salud más cercano deben estar en un lugar accesible, o en las memorias de los teléfonos de toda la familia.
Si vive solo y no tiene familia en este país, siempre debe contar con alguien que pueda contactarse con sus familiares o darse cuenta de que algo anda mal. Recuerde que en caso de emergencia médica puede llamar al 911 para pedir ayuda.
A la hora de la atención médica las cosas varían un poco de estado en estado y dependen en gran medida de si el paciente tiene o no seguro médico, pero siempre hay recursos comunitarios y formas de obtener atención a pesar de no estar asegurado, por lo tanto la recomendación es que se informe, busque las clínicas o centros comunitarios de su zona y pregunte, infórmese, ese es un derecho fundamental al que no puede renunciar.
Si cae enfermo o tiene algún episodio que requiera su presencia en el hospital, recuerde que tiene derechos como paciente y piense que su recuperación y su vida deben ser prioridad, así que deje los remilgos para otro momento y hable, comuníquese con el personal médico; recuerde que tiene derecho a ser tratado con respeto y cortesía.
Como paciente usted tiene derecho a acceder a tratamiento médico sin distingo de raza, origen étnico, creencia religiosa o nivel de ingresos; a entender a cabalidad cual es su situación médica, cuales son sus alternativas de tratamiento a pedir la asistencia de un trabajador social en caso de necesitarlo, a proteger su privacidad, a solicitar y obtener respuestas razonables a sus preguntas, a saber quien le está dando asistencia, a pedir un interprete si no habla inglés o no lo habla bien.
Cuando de su salud se trata es muy importante que entienda perfectamente lo que le está diciendo el médico. Los tratamientos y las decisiones médicas tienen consecuencias reales en su salud, usted tiene derecho a saber qué medicinas está recibiendo y por qué y cuáles son los efectos secundarios de esa medicina.
Usted tiene derecho a un diagnóstico – explicación sobre su situación médica – si no lo entiende ¡pregunte! Y hágalo las veces que sea necesario.
Usted siempre tiene la opción de buscar una segunda opinión y de rehusar el tratamiento sugerido – en los casos permitidos por ley - .
En ciertas circunstancias y por diversos motivos es posible que el médico no se lo diga si usted no se lo pregunta, así que de nuevo. ¡Pregunte! Y hable con su familia de los pasos a seguir de ser necesario, así no tendrá que improvisar cuando llegue el momento.
Si usted está informado, podrá tomar mejores decisiones, si toma buenas decisiones el más beneficiado será usted. Por eso, insisto, si no sabe o no entiende, pregunte.

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