Luisa Fernanda Montero
Para la Red Hispana
Además de no ir al médico a no ser de que sea imprescindible – es decir cuando el dolor o el malestar nos obligan – los hispanos no hacemos las preguntas necesarias cuando llega el momento.
Cerca del 47 por ciento de los hispanos en Estados Unidos reportaron no haber visitado al médico en el 2010, según un estudio de La Agencia de Investigación y Calidad en Salud, AHRQ, del Departamento de Salud y Recursos Humanos.
De acuerdo con el estudio, los hispanos, suelen indagar sobre sus problemas de salud entre sus amigos, sus colegas, sus compañeros de trabajo, sus vecinos o sus familiares antes de tomar la decisión de visitar al médico, lo que afecta directamente su calidad de vida y por su puesto preocupa a las autoridades de salud pública.
“Esto es muy peligroso; sólo vamos al médico cuando ya tenemos la enfermedad bien avanzada o cuando es muy tarde y eso puede tener consecuencia fatales”, señaló la doctora Ileana Ponce-Gonzalez vocera de AHQR, indicando que, por ejemplo, enfermedades crónicas como la diabetes pueden ser tratables, pero de no ser diagnosticadas y tratadas al tiempo pueden ser letales.
Por eso, AHRQ busca motivar a los hispanos a visitar a sus doctores y a hablar con ellos de sus preocupaciones médicas, ya que de acuerdo con el mismo estudio, muchos hispanos evitan ciertas preguntas por miedo o por respeto.
El estudio indica además que la la proporción de hispanos que reportan haber tenido una mala comunicación con sus proveedores de salud está creciendo y el porcentaje de pacientes que regularmente se realizan pruebas importantes para detectar diabetes o cáncer no está mejorando.
La falta de seguro médico es un gran obstáculo para los hispanos cuando se trata de mejorar su acceso a la salud, pero la renuncia a visitar al doctor y a hacer las preguntas adecuadas también contribuye al problema.
Nuestra salud es nuestra responsabilidad; antes de ser del médico del centro de salud o del hospital, es nuestra. Somos nosotros los responsables de alimentarnos saludablemente, de ejercitar y cuidar nuestro cuerpo lo mejor que podamos, y también somos nosotros los responsables de atender los llamados de nuestro organismo y prestarle atención a las señales que nos da antes de que sea tarde.
A la hora de visitar al médico debemos prepararnos, escribir las preguntas, anotar los síntomas que presentamos para no olvidarnos de cosas importantes durante la cita. El error médico es siempre una posibilidad, pero nuestra participación activa puede disminuir grandemente las posibilidades de que ocurra.
Así que, la próxima vez, no espere que le duela, hágase los chequeos médicos rutinarios y no se calle, pregunte, ¿por qué ese tratamiento?, ¿por qué esa medicina?, ¿cuáles son las alternativas?, ¿puedo usar el medicamento genérico?, ¿cuáles serán las consecuencias o efectos secundarios de ese tratamiento?, ¿puedo hacer esto o aquello?. Pregunte, entérese. Cuídese.
Para obtener una guía sobre las preguntas adecuadas y consejos para comunicarse mejor con sus prestadores de salud puede visitar www.ahrq.gov/preguntas.
lunes, 6 de junio de 2011
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